“Dame tu mano toma las mías”

Laura y sus vínculos

 

 

“Laura era realmente feliz…nunca se desanimaba ni se ponía de mal humor cuando algo le costaba trabajo, estaba siempre dispuesta a pedir consejo y a probar de nuevo…” Padre Crestanello

 Laura, es en su familia donde adquiere su “sello original de santidad”.Ella se consideró siempre inserta en su realidad familiar, porque no desertó su responsabilidad ni aún en los peores momentos. Ella sentía que podía luchar y hacer algo por los suyos tan queridos.

Se vinculó profundamente a ellos.

Laura, con su mamá, sintiendo una verdadera preocupación por su dolor, se acercó con ternura y claridad por medio de la palabra. Con dulce insistencia le decía a su hermanita: “Ven Julia, ven a rezar por mamá”.

La oración confiada, era el único recurso, e inquebrantable sostén de Laura. “Sabía confiar a Jesús, …sus alegrías y sus penas”.

Laura, con su hermanita Amandina

Es quien testimonia: “respecto al comportamiento de mi hermana conmigo, puedo afirmar que por mi carácter y vivacidad era lo contrario a ella, Laura me aconsejaba como una mamá, más que como una hermana”.

Amandina era algo inquieta, y Laura se ocupaba y afligía, su mirada y sus palabras

estaban puestas en el porvenir de Amandina. Laura cuidaba de ella y se valía de mil industrias para que sea mejor.

 

Laura con su  amiga íntima, quien era dotada de espíritu de iniciativa y capaz de “amistades profundas”, estableció una bella relación con Merceditas Vera. Entre Laura y Merceditas se había establecido una corriente de afinidad, que las unía en un anhelo de vida salesiana, sosteniéndose en los momentos difíciles. Mientras barrían la clase, programaban pertenecer al grupo de las Hijas de  María. Laura abrazando a su amiga exclamó ¡Dentro de poco seremos hijas de maría!!! Y mientras terminaban de barrer repetían: “María, Madre nuestra queremos ser siempre tuyas y de Jesús”

Laura  con  el joven salesiano, Félix Ortiz,  maestro, músico y poeta, quien fue su confidente, el gran amigo que la ayudó como nadie en las cosas de Dios y de su familia. Era el alma de los recreos, junto a el, era todo alegría. La visitaba con frecuencia, mantenía largos diálogos dándole sentido a lo que vivían, a los dos los unía un gran amor a María.

Laura con la hermana Ana María Rodríguez, quien la preparó a su primera comunión. Sus fuertes ideales misioneros y salesianos los fue transmitiendo especialmente a Laura.

Maestra santa, cautivaba a sus alumnas e  ilimuniba con su vida a las niñas

 

Ella decía de Laura, “ todo lo captaba al vuelo, lo pensaba, lo profundizaba, y traducía en obras, más de lo que pudieran dar de si sus pocos años”.

 Laura amiga de la naturaleza, hoy nos dice:

“Extasíate ante una flor, allí está Dios”

 

  • A las familias

“En el lugar que nos toca dentro de la familia, siempre podemos luchar y hacer algo por los nuestros más queridos”

 

  • A las hermanas y los  hermanos

“Recemos por nuestros papás”

 

  • A las madres

“Manténganse abiertas a la “palabra” de sus hijos”

 

  • A las amigas y amigos

“Sosténganse, anímense en los momentos difíciles”

“Es necesario que sepan perdonarse una y otra vez, ámense como buenas y buenos amigas, y amigos”

 

  • A los docentes

“Sean la alegría en los recreos, en las salidas, iluminen con su palabra y contágien con su ejemplo”

Como el Buen Pastor Laura

 

Corazón joven y abierto,

inquieta crece tu sed.

Caminando vas sin miedo,

redobla las fuerzas tu fe.

Amas a los que no aman,

pasión más grande no hay.

Al señor Dios de la Vida,

le canta tu fidelidad.

 

Como el Buen Pastor, Laura!

“hasta el extremo”

como el Buen Pastor

diste la vida.

En duros caminos maduró

el secreto de tu santidad.

Como el Buen Pastor, Laura

“hasta el extremo”

como el Buen Pastor

es tu secreto.

 

Nadie pasa inadvertido

¡qué atenta va tu amistad!

En la entrega, cada día,

renuevas el gozo de dar.

¡Cómo  atrapa tu alegría!

qué bien a tu lado se está…

Por tu amor grande! a María,

se asoma en tus ojos su Paz.

 

Tu sacrificio florece,

la oveja vuelve el redil.

Nos enseñas que a la Fiesta,

también la prepara el sufrir.

Es tu vida por la suya,

así nos llama tu voz…

Nos confirma en la esperanza:

tu lucha al pecado venció.

Oración

 

El saludo habitual entre las personas de la misión de Junín de los Andes era : ¡Viva Jesús!

 

Se respondía: ¡En nuestros corazones!

 

Pequeñas frases, llamadas jaculatorias, mantras, acompañaban su jornada, y la mantenían unida al sentido de cada obra que realizaba.

 

¡Madre mía, dame una vida de amor!

 

¡Jesús que se haga como tú quieras!

  

¡Soy tuya Madre mía!

 

Free Web Hosting